VIERNES 21/05/2010
Investigadores estadounidenses lograron crear la primera célula bacteriana viva con un genoma sintético.
El trabajo abrirá, por ejemplo, el camino a la fabricación de organismos que puedan producir carburante limpio o acelerar la producción de vacunas, en un avance considerado por otros científicos como una ‘caja de Pandora’.
El ADN artificial
Compuesto por un millón de letras (el humano comprende unos 3 200 millones) el ADN artificial desarrollado en el Instituto Craig Venter es similar al ADN natural, incluyendo las mutaciones que adquirió durante el proceso de ensamblaje en laboratorio.
Solo una suerte de ‘filigrana molecular’, utilizada para instalar el Código Genético dentro de la célula natural, permite reconocer que fue fabricado por el hombre. Los científicos creen que tendrá muchas aplicaciones.
“Se trata de la creación de la primera célula viva sintética”, indicó Craig Venter, creador del Instituto del mismo nombre y coautor de la primera secuenciación del genoma humano, que fue develada en el 2000.
“La llamamos sintética porque la célula se deriva totalmente de un cromosoma sintético, creado con cuatro frascos de químicos en un sintetizador químico, comenzando con información en una computadora”, explicó Venter. Este, además, calificó el logro como una “etapa importante, científica y filosóficamente”.
“Esta es la primera especie autorreproducible que hemos tenido en el planeta cuyo padre es una computadora”, agregó
El avance “es un paso importante y cambia ciertamente mi visión de la definición de la vida y de su funcionamiento”, añadió el investigador, cuyos trabajos son difundidos en la revista especializada estadounidense Science.
“Se convierte en un instrumento poderoso para intentar diseñar lo que esperamos de la biología y pensamos en una gama muy amplia de aplicaciones”, precisó.
Venter había anunciado en el 2008 que logró con su equipo fabricar un genoma bacteriano 100% sintético pegando secuencias de ADN sintetizadas para reconstituir el genoma completo de la bacteria Mycoplasma genitalium. Este genoma fue luego trasplantado a otra bacteria, pero sin que esta pudiera funcionar.
Para crear una célula controlada por un genoma sintético, los investigadores retomaron estas dos técnicas elaboradas en el 2008.
El genoma que fabricaron es la copia de uno ya existente, el de la bacteria mycoplasma mycoides, pero con secuencias de ADN adicionales para distinguirlas.
Luego trasplantaron este genoma sintético a otra bacteria, denominada mycoplasma capricolum, logrando “activar” las células de esta última.
Pese al hecho de que 14 genes fueron borrados en la bacteria receptora del genoma sintético, esta se parecía a una bacteria mycoplasma capricolum, precisaron los autores del trabajo.
“Aunque estas técnicas pueden generalizarse, la concepción, la síntesis, el ensamblaje y el trasplante de cromosomas sintéticos ya no serán obstáculos a los progresos de la biología sintética”, indicaron en su estudio.
Según Venter, ahora los investigadores intentarán concebir algas capaces de capturar el dióxido de carbono (CO2), principal gas de efecto invernadero, y de producir nuevos carburantes limpios. También hay investigaciones en curso para acelerar la producción de vacunas, fabricar nuevas sustancias químicas, ingredientes alimentarios y bacterias capaces de purificar el agua.
“La habilidad de escribir rutinariamente la ingeniería de la vida conducirá a una nueva era en la ciencia, y con ella, a nuevos productos y aplicaciones como biocombustibles avanzados, tecnología de agua limpia y nuevas vacunas y medicinas”, aseguró el Instituto en su sitio de Internet.
En cambio, para Pat Mooney, director del ETC Group, organismo internacional privado de control de las tecnologías, con sede en Canadá, este trabajo es una ‘caja de Pandora’. “La biología sintética es un campo de actividad de alto riesgo mal comprendida, motivada por la búsqueda de beneficios”, comentó.
“Sabemos que las formas de vida creadas en laboratorio pueden convertirse en armas biológicas y amenazar también la biodiversidad natural” , añadió en una nota.